El Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) o Dismorfofobia consiste en un rechazo a alguna parte o partes del cuerpo, que conlleva una preocupación constante sobre el tema y que hace que la persona pase muchas horas diarias de rumiación y de observarse en espejos o de huir de ellos, por el malestar que siente.
Muchas personas que tienen este problema, que son alrededor del 4% de la población, no consultan en primera instancia al psicólogo sino al cirujano plástico o al dermatólogo.
Sin embargo la terapia psicológica es muy efectiva. El tratamiento de la dismorfofobia conlleva los siguientes pasos:
- Psicoeducación: explicación coherente del cuadro.
- Aplicar las técnicas EMDR, TIC Y EFT.
- Encontrar el momento de comienzo de la preocupación dismorfofobica y desactivarlo.
- Buscar traumas previos al comienzo del cuadro y desactivarlos.
Estos trastornos son cuadros difíciles y que requieren tiempo y paciencia tanto por parte del terapeuta como del paciente… pero se curan.